domingo, 20 de marzo de 2016

RUTINA DE CABELLO


¡Hola!
Como podéis ver, hoy no os traigo un maquillaje, sino mi rutina para el pelo. Quería compartirla con vosotros porque me está funcionando genial en mi pelo muy, pero que muy dañado y apenas llevo un mes siguiendo esta rutina.
Antes de nada quiero contaros la historia de cómo me jodí el pelo a base de bien (si me lee algún peluquero, por favor, que no me mate).

Antes del verano pasado quería hacerme un cambio en el pelo. Ya había llevado californianas y el pelo bastante claro y sabía que me quedaban bien, así que decidí hacerme unas californianas y matizarlas para que me quedase rubio ceniza. Me lo hice en casa y todo parecía ir bien hasta que me lavé el pelo para quitar el decolorante y vi que me había quedado un bloque de pelo naranja (y por supuesto reseco y quemado). Me apliqué un champú morado que obviamente no hizo nada en el naranja, así que fui a comprarme un baño de color.

Cómo no, elegí uno color violín en vez de algo natural que no necesitase mantenimiento. Ese mismo día me hice el baño de color y ¡sorpresa!, el pelo solo cogió el color en la parte virgen, así que ahora tenía media melena morada y media naranja a parches.

Al día siguiente fui a la peluquería y en manos profesionales me di otro baño de color violín (o tinte, no me acuerdo). No sé si sabéis que el color violín dura bonito muy poco tiempo y cuando envejece se va quedando anaranjado, así que a la semana volvía a tener un color asqueroso.
Decidí quitarme el tinte para poder hacer algo después y me compré un producto que supuestamente te quita el tinte sin decolorar ni estropear el pelo, pero algo fue mal (Era de DGJ Organics, pero ya no está disponible en ningún sitio). Cuando llevaba diez minutos con el producto en el pelo, éste empezó a ponerse naranja excepto en el medio centímetro de raíz que tenía, que se quedó de mi color. Me lo lavé inmediatamente y cuando salí de la ducha pensaba que me iba a quedar calva. No es broma, el pelo estaba completamente enredado, quemado del todo, tirabas un poco y parecía chicle y, cuando pasa eso da un poco de miedo.

Conseguí desenredarlo a base de acondicionador y paciencia, pero el color era horrible, entre amarillo pollo y naranja. Después de ponerme varias mascarillas volví a la peluquería a ponerme un castaño definitivo para tapar ese color y empezar a tratarme el pelo.

Probé un montón de cosas, aceites, mascarillas compradas, mascarillas caseras...Pero nada, mi pelo seguía pareciendo paja, además, tengo el cuero cabelludo muy graso y como mucho me aguanta limpio un día, con lo cual, me lavaba el pelo todos los días y eso resecaba la melena aún más.

Desde hace un mes he cambiado por completo la rutina. Empecé a lavarme el pelo sólo dos veces a la semana. Al principio era un asco porque al día siguiente de lavarlo ya estaba completamente engrasado, pero con el tiempo se me ha ido regulando y me aguanta limpio un par de días o tres y el resto, coleta. Es la mejor manera de mantener la hidratación natural y que no se reseque tanto.

Ahora os voy a hablar un poco de los productos que estoy utilizando, que son poquitos:

En primer lugar, antes de lavarme el pelo, me aplico aceite de coco por todo el pelo.
El aceite de coco de verdad que marca la diferencia, ya que reconstituye el pelo dañado gracias a su estructura molecular que, al contrario que otros aceites vegetales en la superficie del pelo, hace posible que penetre el tallo del cabello más allá de la cutícula, reparando y previniendo el daño desde el interior hacia fuera. También he leído que es un excelente fungicida y ayuda a eliminar la caspa. Yo tengo dermatitis seborreica y el aceite de coco también me está ayudando a controlarla, vamos, que es milagroso.
Este que veis en las fotos lo compré en Amazon, porque no lo encontré en ningún sitio de Asturias. 
Como podéis ver, a mi perrín Black también le encanta el aceite de coco y no fui capaz a hacer las fotos sin que se metiese por el medio a lamer el tarro jajaja.




Después me hago unos moñitos o lo que sea. Suelo hacerlo la noche antes e irme a dormir así para dejarlo bastante horas en el pelo (si hacéis esto, cubrid la almohada con una toalla, por favor jajaja). También aprovecho las mañanas que no salgo de casa para dejármelo puesto si no me apetece dormir con moños o si se me olvida echármelo por la noche.



Después del aceite, me lavo el pelo a conciencia con este champú de coco de Lush (podéis encontrarlo AQUÍ). Este champú está indicado para pelo rizado o muy seco. Contiene zumo de limón y papaya, cuyas enzimas limpian en profundidad.



También lleva coco rallado y aceite de coco, ricos en proteínas y aceites naturales y también aceite de jojoba y de oliva virgen, que ayudan a mantener la hidratación en la melena.


El único problema del champú es que, al no tener siliconas, deja el pelo muy enredado, pero nada que no pueda solucionar un acondicionador. Yo no uso uno en concreto, por eso no he puesto una foto, como gasto bastante compro alguno grande, barato y que huela bien, porque solo necesito que me quite los nudos antes de salir de la ducha.
Para secarlo siempre utilizo el aire frío del secador y si hace buen día lo dejo secar de forma natural y sólo uso planchas o tenacillas dos veces al mes como mucho.

A día de hoy sigo teniendo el pelo bastante seco, pero con la nueva rutina noto cómo va mejorando poco a poco. Aquí abajo os dejo unas fotos de mi pelo recién lavado y secado un poco con el secador.




Siento mucho que me haya quedado un post tan largo y con tanto texto, pero quería contaros la fatídica historia de mi pelo.
Como moraleja podemos extraer que no hagáis el cafre con el pelo, acudid a un profesional si queréis decolorarlo o hacer cualquier cosa que no hayáis hecho antes.



Espero que os haya gustado este post, ¡nos vemos en el próximo!

Recuerda que puedes seguirme en mis redes sociales 
o mandarme alguna sugerencia a mi correo
vivilobomakeupjunkey@gmail.com

¡Besos!









No hay comentarios:

Publicar un comentario